viernes, 23 de mayo de 2014

Torneo final 2014: River, un legítimo campeón.

El equipo de Ramón se consagró de arremetida en un torneo en el que, como casi siempre últimamente, nadie se animó a ponerse la ropa de candidato.


Todas las semanas cambiaba el puntero y aparecía cerca un nuevo aspirante al título que, irremediablemente, perdía puntos en las fechas siguientes. Este era el escenario de cada lunes en nuestro devaluado fútbol argentino. Hasta que en la recta final, River Plate se probó el traje y notó que no lo quedaba grande sino todo lo contrario. El conjunto de Nuñez fue un ganador justo y cabal en un campeonato que se caracterizó por las propuestas timoratas y con poca jerarquía. A River lo sobró audacia y categoría para llevarse el torneo simplemente animándose a sacar su chapa de grande. Y lo ratificó en la última fecha: tenía que ganar para asegurarse el título y le hizo 5 al inestable Quilmes de Caruso Lombardi.
 De esta manera la familia riverplatense festejó su 35º título en primera división, ratificando su liderazgo en cuestiones domésticas. Para lograrlo, fue el equipo que más partidos ganó, obtuvo casi el 65% de los puntos (lo que no es poco en tiempos de tanta flaqueza futbolística), su  delantera fue la segunda más goleadora y tuvo también la mejor diferencia de gol con +13. Le ganó a 3 de los 5 que lo siguieron en la tabla –Boca, Gimnasia y Vélez- y además se quedó con los clásicos ante San Lorenzo y Racing. Es decir, ganó los partidos que tenía que ganar para ser campeón, por eso es indiscutido ganador del Torneo.
Ramón Díaz tuvo aciertos y errores. Su equipo andaba sin rumbo y dando pena como la mayoría hasta que hizo los movimientos que terminaron ratificando su buena mano: Ponzio afuera, Ledesma líder, Rojas doble cinco, Carbonero figura clave, la ratificación de Álvarez Balanta (hallazgo de Ramón). Y los aportes claves desde el banco como Chichizola, Villalva y el “goleador” Funes Mori.

Mientras River festeja, las polémicas están a la orden del día: ¿sabía Ramón que Chichizola iba a atajar 2 penales claves y varias muy complicadas? ¿Confiaba en que Ramiro convierta el gol agónico en La Bombonera? ¿Imaginaba que el Keko le iba a destrabar un par de partidos trascendentales? ¿Carbonero levantó su pobre nivel del torneo pasado y se convirtió en goleador de casualidad? ¿Por qué sí, Ledesma volvió a ser un Lobo? Demasiadas circunstancias para atribuirlas a la casualidad: el riojano confirmó que está vigente, algo que no le pasa a su clásico rival tanto con el conductor de adentro como con el de afuera de la cancha.

River vuelve a ser River, pregonan sus hinchas. Estos jugadores (sin sobrarle nada), junto a las conducciones técnica y dirigencial intentarán ratificar que no es un espejismo sino el renacimiento de un gigante. La casa se está poniendo en orden. Y las vitrinas también.