La carrera presidencial entra en la recta final y los precandidatos se lanzan con todo buscando el apoyo político, económico y de votantes que los deposite en el sillón de Rivadavia.
Florencio Randazzo, Daniel
Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa, Sergio Urribarri, Ricardo Sanz, Jorge
Altamira y todo aquél que se considere “presidenciable”, sabe que los minutos
cuentan. Es el momento de ratificar o corregir el rumbo mediático en una
campaña que comenzó hace tiempo.
El Gobernador de Buenos Aires
metió el timonazo más brusco aunque no menos preestablecido: pretende mostrarse
definitivamente como EL candidato del Frente para la Victoria. Cambió su
llamativo naranja por el sobrio celeste y blanco y el estilo discursivo K. Por
si quedaban dudas, el slogan las despeja: “Scioli para la victoria”.
De este modo espera en el ring
con los guantes puestos a su principal oponente, Florencio Randazzo. El
Ministro, delfín natural de la presidente, ya es definitivamente la cara
visible de todas las inauguraciones oficiales y de todo aquello que se pueda
emparentar con gestión exitosa. Cristina lo potencia y lo sostiene pero no descarta aún a Scioli. La venia
presidencial será determinante y el Gobernador se reposicionó fuertemente
mientras Florencio busca hacer pie en la provincia.
Sergio Massa no deja de perder
intención de voto. Todas las encuestas lo indican en franco descenso y el
propio Diputado lo admite. ¿Equivocó la estrategia discursiva o se quedó sin
apoyo económico-empresarial? Lo cierto es que sus carteles en la vía pública
dejaron de impactar, su presencia en los Medios decrece, sus creativos se quedaron
sin ideas o sin efectivo y su caballito de batalla (la guerra contra la
inseguridad) perdió peso en la opinión pública. Necesita un viraje mediático
rotundo.
Otro que tiene problemas con el
rumbo de su campaña es Mauricio Macri. Un gran error propiciado por sus
asesores en comunicación fue sin dudas garantizar la liberación del Cepo el
mismo 11 de diciembre: ingenuo, utópico, impracticable. Además, se jugó por
Horacio Rogriguez Larreta en detrimento de Gabriela Michetti. Todo bien con las
preferencias personales, el caso es que la Senadora es la única que le otorga
la cuota de humanidad tan difícil de encontrar en el PRO y tan necesaria para
llegar a los humildes. Error estratégico.
Otra falencia comunicacional
grave de Mauricio está vinculada a la alianza
con el ARI y la UCR. Ya simplemente la mención de la palabra en negrita le tira
centros a todos los rivales para que lo goleen. Ernesto Sanz contempla en
primera fila los goles de los rivales.
El resto mira desde lejos.
La carrera presidencial entra en
la recta final y los candidatos no pueden cometer errores. Quien comunique
mejor logrará el objetivo. Vivimos un tiempo en que el relato es más importante
que los hechos y los presidenciables lo saben. Hora de afinar el lápiz. O el
puntero del mousse.
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