La Cámara de Casación confirmó las penas para los integrantes de la banda por la tragedia de Cromagnón.
La Sala IV encontró a los músicos
culpables de los delitos de incendio culposo seguido de muerte y cohecho, en la
desgracia que costara la vida de 193 personas. De este modo, a Patricio
Fontanet, líder de la banda, le ratificaron los 7 años de condena, apenas uno
menos que el Subcomisario Carlos Rubén Díaz, a quien le confirmaron 8 años. Los
funcionarios implicados, por su parte, fueron menos responsables que los
artistas, ya que recibieron condenas de entre 34 meses y 4 años.
En un extensísimo juicio, desfilaron
más de 300 testigos, hubo 118 audiencias (sin contar las de los juicios anexos)
y 350 cuerpos sólo en la etapa de instrucción. En 2009 se produjo la primera
sentencia (que había absuelto a los músicos) y en 2012 se revirtió esa situación,
con lo que Fontanet y “sus secuaces” pasaron 20 meses en la cárcel.
Nunca se probó la participación del grupo en la organización del evento
pero, al decir de los Jueces, la conducta de los músicos “excedió el ámbito de expresión artística, violó deberes de cuidado
exigibles y expuso a los asistentes a un riesgo inaceptable”.
También se
los indica como “responsables de
presentarse en un lugar cerrado y excesivamente sobrevendido”. Quizás si
hubiera sido levemente sobrevendido, la condena sería más blanda. Quién sabe…
De este modo, el Tribunal avaló la acusación del fiscal Raúl Pleé, quien había responsabilizado a Callejeros
porque “pudieron evitar la masacre de
Cromañón pero por codicia no lo hicieron”. Esto significa que debieron
haber notado desde el escenario las irregularidades (propuestas y alimentadas
por empresarios, policías y funcionarios) y retirarse explicándole al público
los motivos de su partida. Debían haber
adivinado que un evento con exceso de público, como ocurría (y todavía ocurre)
todos los fines de semana en nuestro país, costaría la vida de casi 200 personas
que no pudieron escapar de las llamas.
Otra acusación al gupo está vinculada con el hecho de
continuar con el recital a sabiendas de que se usarían fuegos artificiales,
cuando hay clara evidencia de Fontanet invitando a evitar su uso.
El cohecho es conocido
vulgarmente como soborno. Si está probado que lo hubo (aunque no está probado
que esté probado), ¿es más grave la condena para el ciudadano que lo propone
que para el funcionario que lo recibe? ¿Fontanet y compañía deberían haberse
asegurado que los policías, funcionarios municipales -en cumplimiento de sus
funciones- y empresarios que participaron del evento, hayan realizado sus
tareas de manera lícita y pertinente?
En la final que consagró a River campeón de la Libertadores 2015 hubo más de 62.000 espectadores. El estadio
Monumental tiene capacidad para 61.321 personas. ¿Habrán verificado Ponzio,
Barovero, Gallardo y cía, que el despliegue policial sea correcto? ¿Se habrán
cerciorado que ninguna arma de fuego o bengala haya ingresado? ¿Habrán verificado que la cantidad de espectadores sea la permitida? ¿O jugaron el partido igual porque la codicia pudo más? En 1986
asistieron 81.000 espectadores para ver a River conquistar América por primera
vez. ¿Alonso, Ruggeri y “Potro” Funes "violaron deberes de cuidadano exigibles" y debieran haber ido presos?
Cromagnón fue la consecuencia no
esperada de un hecho que se repite cotidianamente en Argentina: no se respetan
las normas. Y eso es normal, está naturalizado. Los semáforos en rojo los
cruzamos todos, todo el tiempo, pero cuando el atropellado es un ser querido,
encabezamos las marchas y queremos en la hoguera al conductor y al que no
cambió la lamparita del semáforo.
En el último recital de Don
Osvaldo brindado en Junín el 12 de setiembre, Fontanet dijo “11 años y no
lograron callarnos”. Invita a pensar que hay gente a la que le interesa que a Callejeros
la vaya mal por “no callarse”. Es conocida la tendencia de la banda de
musicalizar letras con fuerte contenido social. “…Cuando la canción canta
verdades, ni la censura ni el rencor (¿deberíamos agregar la justicia?) la han
de callar…”
Es interesante lo que planteas. Quizá sería interesante reflexionar sobre el papel de la justicia o mas bien de ciertos jueces que defienden intereses espurios o, por lo menos y , pensando ingenuamente, son susceptibles a la opinión de los medios de comunicación. Y me pregunto donde esta la garantía de imparcialidad que nos deben. Quizá sea momento en que comencemos a involucrarnos y exigir la democratización de la justicia y dejar de mirar de afuera un problema que no atañe a todos.
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ResponderEliminarLamentablemente la justicia responde a intereses espurios, como decís. Lo interesante es no mirar para otro lado y, al menos, ser conscientes de eso.
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