“Vamos Argentina, carajo”, se escucha
en cada rincón cuando está por jugar el seleccionado. Se multiplican las caras pintadas
de celeste y blanco y aparecen autos, ventanas y balcones con banderas que emergen
por todos lados con un entusiasmo incontenible. Las calles son una muestra
cabal de lo “orgullosos” que estamos de ser argentinos.
Sería hermoso tanto apego y amor
por nuestro país… si fuera verdad. “La patria es el otro” dicen muchos que se
jactan de interesarse por el prójimo como cimiento de una nación mejor, pero
toman el remisse trucho de “5 pe” aun a sabiendas de que es una asociación mafiosa
que amedrenta y pone en riesgo a cualquiera que transite a pie o en vehículo
por esas calles y a los propios pasajeros. “Bueno, me queda cómodo y es barato”,
es una de las justificaciones. “Pará que empezó el himno”, dice otro y lo
tararea y hasta lo canta cuando en una fecha patria ni siquiera mueve los
labios. Bandera en el techo, banderín en el espejo retrovisor y arlequín
celeste y blanco en su cabeza tiene el taxista archi-patriótico y ni bien quede
eliminado el seleccionado protestará que este “país de mierda” permite que Uber
“le robe el trabajo”.
Esa es la cotidianeidad,
lamentablemente. Vivimos para la foto pero en las cuestiones de fondo hacemos
agua. No es más argentino quien ostente la bandera más grande ni grite los
goles con más fuerza, sino aquél que cada día ejerza su argentinidad de manera
genuina. “Feliz día” le decimos a las mujeres el 8 de marzo (a las que no se
ofenden con el saludo) y… ¡cocinamos y lavamos los platos como favor! También,
por las dudas, los 364 días restantes tratamos de socavar su integridad o de
someterlas a los roles que la sociedad machista tiene reservado para ellas, no
vaya a ser que se consideren un par…
Los ejemplos son infinitos y
podrían ocupar libros. No está mal pintarse de celeste y blanco o saludar a
papá un domingo de junio, lo deseable sería que mantengamos esas conductas como
parte de nuestros hábitos, no para la foto. Cuando atendamos más a los
contenidos, a la esencia, a lo que sentimos realmente que a lo que a las formas,
a lo que hacen todos o a lo queda bien, sin dudas nos va a ir mejor en todos
los órdenes, como país, inclusive. Mientras, tengo que cerrar la nota porque
empieza el partido. Y vamos Argentina carajo, que a los franceses los cog...
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